Los estudiantes serán, principalmente, personas que trabajan en o con los organismos públicos de derechos humanos. Su diseño, sin comprometer la calidad académica, será flexible y permitirá la movilidad de profesores y estudiantes. En ese sentido, los campos formativos serán escalonados, de modo que ello haga posible, por una parte, que el profesor titular de la unidad de aprendizaje, se haga cargo de su impartición en las cinco instituciones; por la otra, que si un estudiante no logró cursar una unidad de aprendizaje en la institución en la que está inscrito, tenga opciones para cursarla en otra.